jueves, 24 de marzo de 2011

Historia

Los caballos arribaron a América en 1493 en el segundo viaje de Cristóbal Colón, llegando a la Isla Española. Desde ahí se multiplicaron para posteriormente reunirse en gran número en Jamaica y México, lugares desde donde la corona concedió los caballos suficientes a los conquistadores para llevar a cabo sus expediciones al interior del continente americano. Estos caballos eran de raza española y eran principalmente de 3 tipos: El caballo español de Castilla, el caballo andaluz y el caballo Tipo Jaca y Rocín.
 fuente foto: wikipedia
 
Los primeros caballos fueron introducidos en Chile por el conquistador Pedro de Valdivia desde el Virreinato del Perú.
Los orígenes del caballo chileno se remontan al año 1540, cuando el conquistador Pedro de Valdivia introdujo desde el Virreinato del Perú en su expedición los primeros 75 ejemplares entre potros y yeguas, con los que cruzó el desierto de Atacama; en la expedición, realizada en época de poca nieve (que cae en las zonas altas) para intentar reducir la dificultad del recorrido, Valdivia perdió buena parte del ganado. Tres años más tarde, Alonso de Monroy trajo 70 animales más, los que se incrementaron con 4 remesas que llegaron desde el Cuzco, Perú, que en menos de 7 años conformaron una masa caballar de alrededor de 500 equinos, población que fue reforzada y mejorada con la inclusión de 42 reproductores escogidos de propiedad del Gobernador García Hurtado de Mendoza. Estos animales eran de pequeña alzada, pero su descendencia se mezcló con animales de mayor tamaño y con el transcurso de los años esta población relativamente aislada conformó una nueva raza.
En 1544 se consolida el caballo en el territorio chileno: esto se produce gracias al establecimiento del primer criadero del país a cargo del padre Rodrigo González Marmolejo, quien con sus propias yeguas seleccionadas establece su crianza en los sectores de Melipilla y Quillota.
En 1585 los guerreros araucanos incorporaron a sus filas al caballo gracias al genio de Lautaro. Más tarde se convertirían en jinetes más valientes y expertos, superando en muchos casos a conquistadores españoles.
El devenir del caballo en Chile continuó con la época de la Colonia, cuando el país se dividía en dos grandes zonas: una zona de paz, eminentemente agrícola y ganadera, ubicada entre Copiapó y Bío-Bío, y una zona de guerra, desde Bío-Bío a Los Llanos de Osorno. En esta época el auge del caballo fue aumentando, y comenzó a decrecer cuando sobrevino la Guerra de la Independencia y los ataques a las manadas de españoles y hacendados por parte de los patriotas.
En 1820 el caballo chileno se comenzó a perfilar con tres tipos definidos por sus usos: el de paseo o de lujo, constituido por ejemplares de contextura gruesa y corpulenta; el de paso o viajero, que era un caballo de pechos algo más angostos, cruz baja y muy andador; y el de trote o marcha, utilizado para faenas agrícolas y por el Ejército.

domingo, 13 de marzo de 2011

caballos árabe

 fuente foto :Napoleón montando un caballo árabe, probablemente el Marengo.


El caballo de raza árabe حصان عربي debe su reputación a su inteligencia, carácter fuerte y resistencia sobresaliente. Con una cabeza característica y la cola siempre en alto, el caballo árabe es una de las razas de caballos mejor reconocidas en el mundo.
Es una de las razas de caballo más antiguas, ya que hay evidencia arqueológica de hace 4.500 años de caballos muy similares a los árabes modernos. En el transcurso de la historia, los caballos árabes del Medio Oriente se esparcieron por el mundo gracias al comercio y las guerras. También fueron muy usados para mejorar otras razas al añadir velocidad, refinamiento, resistencia y buena estructura ósea. Hoy día, las líneas árabes se pueden encontrar en casi cada raza moderna de caballos para montar.
Los caballos árabes se desarrollaron en un clima desértico y eran valorados por los nómadas beduinos, quienes frecuentemente los alojaban dentro de sus tiendas para cubrirlos y protegerlos. Esta relación cercana con los humanos creó una raza de caballo con buena disposición, rápido para aprender, y dispuesto a complacer. Pero el caballo árabe también desarrolló el carácter fuerte y el estado alerta necesario en un caballo usado para los asaltos de las guerras. Esta combinación de disposición y sensibilidad requiere que los dueños modernos de árabes traten sus caballos con respeto y mucha habilidad.

Características de la raza


fuente foto: Un caballo árabe joven, demostrando perfil cóncavo, cuello arqueado, trasero nivelado,y la cola en alto.
Los caballos árabes tienen una cabeza en forma de cuña y bien refinada, frente amplia, ojos grandes, fosas nasales grandes y hocicos pequeños. La mayoría despliega un perfil distintivamente cóncavo. Muchos árabes también tienen un pequeño aumento en la frente entre los ojos, llamado "jibbah" por los beduinos, que añade más capacidad en los senos paranasales. Se cree que esto les sirvió en su natal clima seco del desierto.
Otras características distintivas son su trasero relativamente largo y nivelado y su cola en alto. Los árabes de buen linaje poseen caderas profundas y bien anguladas, y hombros con buena caída. La mayoría tienen cuerpos compactos con espaldas cortas. Algunos, y no todos, tienen 5 vértebras lumbares en vez de las usuales 6, y 17 pares de costillas en vez de 18. Así, un árabe puede cargar un jinete pesado con facilidad, aunque sea pequeño.
Los árabes normalmente poseen huesos fuertes y densos, patas fuertes y buenas paredes en los cascos. Se les prefiere especialmente por su aguante. Los árabes tienen balance natural, agilidad y empuje, cualidades originalmente esenciales para un caballo de guerra en el desierto, y que hoy se ven en varias disciplinas competitivas.
El estándar de raza para los caballos árabes, según la Federación Ecuestre Estadounidense (United States Equestrian Federation), describe al árabe de pie entre 143,3 cm y 153,4 cm de altura, con algún individuo ocasionalmente un poco más bajo o más alto. Por eso, todos los árabes, sin importar su altura, son clasificados como "caballos", aunque 144,3 cm es la altura divisiva entre caballos y ponis. Como muchos dueños de caballos en Europa y América prefieren animales más altos, el árabe ha sido cruzado para añadir altura, y hoy muchos árabes miden entre 152,4 y 162,6 cm.

Temperamento

Durante siglos, los caballos árabes vivieron en el desierto en asociación cercana con los humanos. Sólo a los caballos con buena disposición natural se les permitía reproducirse. Los árabes son hoy una de las pocas razas en las que la United States Equestrian Federation permite que niños/niñas demuestren sementales en eventos competitivos limitados a jinetes menores de 18 años.
 fuentes foto : caballo árabe Refon.